miércoles, 29 de junio de 2011

EL SEDENTARISMO COMO IMPORTANTE FACTOR DE RIESGO

Un mega estudio demostró que permanecer sentado más de 6 horas por día aumenta el riesgo de muerte en un 40% en mujeres y en un 20% en hombres. Consideran que estar sentado es un factor de riesgo tan grave como el hábito de fumar.

La investigación realizada por la Sociedad Americana de Cáncer estudió la salud de 123 personas en un período de 14 años. Y se enfocó específicamente en la causa de muerte a lo largo del período analizado.

Lo interesante del trabajo es que halló que las horas en las que se permanece sentado afecta la salud, más allá de si se lleva una vida saludable o se realiza ejercicio periódicamente.

Estar sentado muchas horas al día, dicen, sería tan malo como el hábito de fumar.

Se trata del primer estudio que analiza este factor de riesgo en especial. La entidad remarcó que todas las campañas de salud pública promueven aumentar la actividad física, 30 minutos al día suele ser la meta, pero nunca enfocan en reducir la cantidad de tiempo que uno pasa sentado.

Según un artículo publicado en el British Journal of Sports Medicine, cuando se recomienda actividad física, se debería comenzar por aconsejar estar sentado durante menos horas al día.
Un desafío para muchos que trabajan a diario frente a computadoras, conduciendo buses o trabajando en tareas de servicio al cliente, por ejemplo.

Hasta ahora, el estar sentado se había relacionado directamente con el aumento del riesgo, hasta el doble, de padecer
cáncer de colon.

DECÁLOGO DE ALIMENTOS QUE ALARGAN LA VIDA

 

1) Lácteos y pescado

Proporcionan vitamina D y calcio, esencial para prevenir la osteoporosis. Esta enfermedad se origina debido a una reducción de la masa ósea en los huesos, lo que ocasiona fracturas. Al consumir estos nutrientes, fortalecerás el esqueleto y prevendrás lesiones.

El secreto de la juventud eterna

Los expertos han descubierto que los alimentos influyen notablemente en el envejecimiento. La clave está en elegir alimentos que nos provean de vitaminas extra, antioxidantes y otras sustancias que le permitan a nuestro cuerpo luchar contra las enfermedades relacionadas con el paso del tiempo.

2) Carnes blancas magras

El pavo, el pollo y el pescado tienen, aproximadamente, un 25% menos de calorías que las carnes rojas, y la mitad de grasas. Además, las carnes blancas poseen mayor cantidad de minerales como zinc y hierro, que favorecen la acción de los glóbulos rojos; y vitaminas B, que protegen el sistema nervioso.

Menos enfermedad, más años de vida

El 90% de las enfermedades de los adultos se relacionan con los procesos degenerativos de la edad. Si se aumenta el consumo de vitaminas y minerales que ayudan a mejorar el sistema inmune y proteger los órganos, se puede extender la vida hasta 25 años más, afirman los especialistas en medicina anti-envejecimiento.

3) Frutos rojos

Cada vez se habla más de las propiedades de las “bayas” o pequeños frutos rojos. Aunque quizá sean los arándanos los que más virtudes ofrecen: son un potente antioxidante que previene infecciones urinarias. Además posee vitamina C y flavonoides, que protegen el cuerpo y el corazón.

4) Aguacate o palta

Ayuda a reducir el colesterol y contiene vitamina E, que rejuvenece la piel. Además, tiene vitaminas A, B1, B2, B3, B6 y D, y posee potasio, que ayuda a controlar la presión sanguínea y el ritmo cardíaco. Debido a que poseen alrededor de 300 calorías, se sugiere consumirlo con moderación.

5) Brócoli

Posee flavonoides y sulforafanos, que actúan en la prevención del cáncer y las enfermedades del corazón. A su vez, es un potente “desintoxicante”, y actúa en la eliminación de toxinas. Como posee vitaminas A y C, incrementa y fortalece el sistema inmunológico, que combate las enfermedades.

6) El orégano

Un estudio realizado por el profesor suizo Dr. Andreas Zimmer, de la Universidad de Bonn, y el Dr. Jurg Gertsch, de la Universidad ETH Zurich, demostró que el orégano contiene un ingrediente activo que inhibe la inflamación de los tejidos y articulaciones, y previene la degeneración ósea.

7) Ajo

Un diente de ajo por día -crudo o cocido- ayuda a proteger al cuerpo contra el cáncer y los infartos del corazón. Según un estudio realizado en 1994 en EE.UU., las mujeres que comen un diente de ajo, aunque sea una vez por semana, tienen 50% de posibilidades menos de tener cáncer de colon.

8) Nueces y frutos secos

Según los expertos, comer 5 nueces, durante 5 días a la semana, mejora el funcionamiento del corazón y previene enfermedades como el Alzheimer, depresión y esclerosis múltiple, debido a que poseen minerales, como potasio, magnesio, zinc y selenio, y aceites poliinsaturados.

9) Coliflor

Reducida en calorías, contiene potasio, fósforo, folatos, fibras y vitaminas B y C, que contribuyen en la formación de colágeno y fortalecimiento de los huesos, producción de glóbulos rojos y blancos. También, posee fotoquímicos que previenen las enfermedades degenerativas y estimulan el sistema inmune.

10) Espinaca

Ya lo dijo Popeye, ¡el marino! La espinaca es una importantísima fuente nutritiva. Posee vitaminas y hierro, lo que contribuye a prevenir la anemia. Además, junto con los betacarotenos colaboran en prevenir el cáncer.

LA NECESIDAD DE PONERLE FRENO ESTALLA

Las chicas y chicos que en la adolescencia hacen dieta o desarrollan comportamientos alimenticios de riesgo (comer de forma insana, ayunar o darse atracones) “arrastran” estos hábitos insanos hasta la juventud, lo que eleva su riesgo de sufrir anorexia, obesidad o bulimia. Esta es la principal conclusión a la que ha llegado un equipo de investigadores estadounidenses.

La ineficacia de la dieta "para la prevención de la obesidad en la adolescencia, las consecuencias negativas asociadas a los trastornos de la conducta alimentaria y la alta prevalencia de estos comportamientos han sido demostrados en estudios previos. Con este nuevo estudio se confirman estas evidencias, pero demostrando, además, que estas conductas continúan hasta la edad adulta".

En la sociedad actual, existe una necesidad flagrante de identificar los factores que predicen el uso continuado de estas conductas y su progresión hacia los trastornos de la alimentación (TCA). Es importante examinar los efectos del uso persistente de hacer dieta y de los malos hábitos alimentarios en el organismo y en la salud mental, como comer de forma compulsiva, más riesgo de depresión, entre otros.

Hay evidencias científicas que demuestran que “un 50% de las pacientes con anorexia nerviosa consigue recuperarse completamente; mientras que un 25% sigue manteniendo un poco de dieta el resto de su vida, el 15% lleva hábitos y conductas anormales y en un 10%, la enfermedad se cronifica".

Por este motivo, "los jóvenes preocupados por su peso deben contar con apoyos para seguir una alimentación saludable y mantener una actividad física sostenida a largo plazo. Está comprobado que el ayuno desencadena potenciales atracones de productos con alto contenido en grasas y calorías, lo que hace que, pese a la dieta, se acabe desarrollando obesidad a largo plazo. El uso de este tipo de comportamientos potencialmente dañinos, sugiere que su uso no es sólo una fase por la que atraviesan los adolescentes, sino que las dietas y las conductas de riesgo alimentarias precoces sientan las bases para su uso continuo en el futuro. En conjunto, los hallazgos sugieren la necesidad de realizar prevención temprana de estos comportamientos, así como realizar este mismo esfuerzo durante la adolescencia y la juventud.


 “Lo importante es erradicar la utilización de prácticas poco saludables para controlar el peso".