jueves, 10 de noviembre de 2011

LA IMPORTANCIA DE LA RELAJACIÓN


¿Puede el estrés contigo? ¿A pesar de no parar en todo el día no descansas ni duermes bien? ¿Tienes la mente bloqueada? Entonces lo que necesitas es encontrar un método de relajación que se adapte a ti. Uno de los más demandados es el Yoga, que consigue la relajación del cuerpo a través de la respiración y de posturas llamadas asanas. Otra técnica de relajación es el Método Pilates, un referente para el entrenamiento del cuerpo y de la mente y cuyo objetivo es mejorar la flexibilidad del cuerpo mediante teorías occidentales y orientales y la práctica de ejercicios. También puedes intentar lograr la relajación sin salir de casa escuchando música relajante, dándote una ducha de agua fría o dando un paseo de apenas diez minutos. Lo importante es dedicarnos un tiempo a nosotras mismas, saber desconectar del mundo que nos rodea, respirar profundamente y relajarnos. Ahora queremos saber tu opinión, ¿cómo te relajas tú? ¿Qué métodos has probado?

 Las personas, antiguamente estaban acostumbradas a una vida más tranquila, donde podían combinar sin problemas el trabajo, la familia, los amigos y el tiempo de esparcimiento. El trabajo, generalmente no era tan agotador y las distancias a recorrer eran más cortas y sin tráfico. Tenían tiempo para tomar sus alimentos con calma, dormían su siesta y se acostaban a buena hora. No tenían tantas distracciones en su vida cotidiana. Eran personas que realmente podían disfrutar de la vida más plenamente.
Actualmente, muchos vivimos en ciudades con un elevado grado de contaminación, donde el movimiento es vertiginoso, donde nadie se fija en nadie. Las personas vivimos como autómatas, nos agredimos unos a otros y nos vamos perdiendo dentro de un mundo hostil. Muchas veces perdemos el sentido de vida y nos mantenemos en un estado de estrés constante que redunda en nuestra salud física y mental.

Por lo tanto es imperioso aprender a relajarnos y regalarnos diariamente unos minutos para oxigenarnos, reparar nuestro sistema nervioso, mantener un mejor sentido del humor y ver la vida y sentirla más plenamente, con más conciencia. Es una verdad flagrante que nuestro cuerpo es el reflejo de nuestros pensamientos y emociones, tenemos que oxigenar nuestro cerebro para pensar con claridad y asertivamente. Si tienes mucho estrés y tensión, tu cuerpo lo reflejará tarde o temprano y tu mente se convertirá en un caos.

Desgraciadamente, las personas que necesitan más de la relajación, son aquellas que “no tienen tiempo”, que no se dan el derecho a hacerlo. Trabajan hasta que se desmoronan, pensando que la relajación es perder el tiempo y no se pueden dar ese lujo. Estas personas entran en un estado de estrés crónico, haciendo que su organismo pierda el equilibrio.

Por si fuera poco, además, el estrés reduce la capacidad de afrontar problemas, la energía se reduce, el sistema inmunológico baja y el envejecimiento se acelera.

La relajación es un ensanchamiento del campo de conciencia. Esto quiere decir que al estar tranquilos, nuestra visión sobre los acontecimientos se amplia,  generando más opciones. Aumenta nuestro nivel de conciencia.

Con la relajación podemos descansar de una manera más profunda, ayudándole a nuestro cuerpo para que no se desgaste prematuramente, y por lo tanto tendremos mejor salud física y mental, ya que seremos más resistentes a las enfermedades manteniendo a nuestro organismo en equilibrio. El estrés por el contrario nos puede provocar todo tipo de enfermedades reactivas.

La relajación nos da un aumento del nivel de energía, más vitalidad, mejor oxigenación que redunda en unas células mejor alimentadas que nos llevan a tener también una mejor capacidad de aprendizaje y rendimiento. Hace que tengamos un equilibrio en nuestra tensión arterial, que nuestro corazón trabaje mejor, nuestro sistema inmunológico se mantenga fuerte, y que todos nuestros sistemas funcionen bien. La relajación nos hará tener más resistencia frente a hábitos nocivos como son el fumar, beber alcohol en exceso, comer de más, y cualquier otra adicción, que “creemos” que nos va a ayudar a relajarnos, siendo que esto es el gran error de muchos, ya que nos convertimos en esclavos de ellas.

La mayoría de la gente ignora lo fácil que es relajarse, es solo tomar de 5 a 8  minutos de los 1440 min. que tiene un día para mantenernos sanos, en control de nuestras emociones y con mayor vitalidad.

A continuación, te propongo un ejercicio muy sencillo, que puedes realizar en cualquier momento cuando te sientas estresado, desesperado, angustiado, o simplemente realizarlo frecuentemente para mantenerte en un estado óptimo, hasta que se convierta en un buen hábito.

  1. Encuentra un lugar donde no seas interrumpido, puede ser el baño o tu cuarto
  2. Siéntate, cierra tus ojos, y empieza a respirar profundamente, inflando tu vientre al meter el aire y desinflándolo al sacarlo
  3. Da unas 4 respiraciones profundas, visualiza el chakra que se encuentra arriba en el centro de tu cabeza e imagina que se abre un orificio del tamaño de una tapa de refresco y que una luz azul entra por ahí en el momento que inhalas
  4. Esta luz entra con fuerza a tu cuerpo, llenándolo de este color de paz y vitalidad. Este proceso debes realizarlo rápidamente
  5.  Al llegar a tus pies, que deberán estar firmes en el suelo, observa como la tensión va saliendo con fuerza cada vez que exhalas, y entra en el suelo a través de tus pies
  6. Haz este proceso unas 5 veces o hasta que sientas que la presión ya salió de tu cuerpo, dejando solamente esta luz azul de paz y tranquilidad
  7. Abre tus ojos, incorpórate y frota tus manos para que generen energía
  8. Ya estás listo para funcionar asertivamente y sin estrés.
Este ejercicio es para una relajación rápida, efectiva y que te deja lleno de energía para seguir con tus ocupaciones diarias.

Este mismo ejercicio lo puedes realizar por las noches, antes de irte a la cama para relajarte, con la salvedad que no es necesario frotar las manos, pues ya te estás preparando para descansar y hay que bajar el nivel de energía para tener un sueño tranquilo y reparador.


Todo ello mientras escuchas buena música relajante …

 ¡Que nada ni nadie interrumpa tu paz interior!