miércoles, 15 de junio de 2011

Los antecedentes de anorexia influyen en el tratamiento y recuperación de la bulimia, según un estudio

La existencia de antecedentes de anorexia nerviosa está implicada en el diagnóstico clínico y en la respuesta al tratamiento de los pacientes con bulimia nerviosa, según se desprende de un estudio elaborado en la Universidad de Extremadura (UEx).

Un estudio que establece que la respuesta al tratamiento y el grado de recuperación pueden depender del hecho de que el paciente haya tenido antecedentes de anorexia nerviosa, anorexia restrictiva o anorexia compulsiva purgativa. Señala por ejemplo, que en pacientes con bulimia que tenían antecedentes de anorexia nerviosa restrictiva, se observó que permanecían algunos rasgos de esta enfermedad, como el menor peso corporal, aumento del perfeccionismo y autoexigencia, y mayor dependencia, así como síntomas más graves, recuperación más lenta y peor respuesta al tratamiento, según informa la UEx en nota de prensa. Sin embargo, los pacientes con antecedentes de anorexia nerviosa compulsiva purgativa tenían más vómitos, menos insatisfacción corporal, menos síntomas depresivos y mejores resultados tras el tratamiento.

El catedrático de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la UEx, Francisco Vez, ha destacado que para aquellas pacientes que tienen antecedentes de anorexia nerviosa "supone un cambio clínico importante en el tratamiento en comparación con pacientes sin antecedentes previos". Francisco Vaz añade que las conclusiones de este estudio publicado en el 'International Journal of Eating Disorders', indican que el paso de una forma de trastorno de la alimentación a otro, en particular de anorexia nerviosa a bulimia nerviosa es un problema clínico común, mientras que es muy poco frecuente, que los pacientes con bulimia desarrollen posteriormente anorexia.

SE ESTABILIZA EL NÚMERO DE CASOS

Así, el investigador afirma que en los últimos años "no parece que se esté produciendo un incremento de los trastornos de la conducta alimentaria", sino que "se tiende a la estabilización de los casos", aunque ha destacado que lo que sí ha ido cambiando es la edad de las pacientes.

Las pacientes antes eran chicas fundamentalmente jóvenes, con una edad comprendida entre los 16 y los 25 años, y ahora son mujeres mayores, a partir de 35 años, y chicas muy jóvenes, más bien niñas de 12 ó 13 años". Este cambio se debe a un incremento de las dietas a edades cada vez más tempranas.


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