viernes, 22 de julio de 2011

LA OBSESIÓN DE COMER SANO

La ortorexia es la obsesión por la comida saludable y puede  devenir en un trastorno alimenticio.

¿El deseo de comer saludable puede ser perjudicial para el organismo? De acuerdo con Steven Bratman, médico alternativo estadounidense y autor del libro Health food junkies (Adictos a la comida sana), sí. Él definió este problema como 'ortorexia' (del griego orthos, correcto, y orexis, apetito) y lo encontró en quienes viven obsesionados con comer únicamente alimentos que consideran sanos. Y, aunque no se trata de un trastorno de la conducta alimenticia, como la bulimia o la anorexia, puede convertirse en un problema, si se lleva a los extremos.

Una persona saludable puede integrar en su dieta alimentos orgánicos, disminuir grasas y harinas, no comer ningún tipo de alimento procesado y preferir la comida preparada en casa sobre la que se consigue en restaurantes. Este tipo de conductas no representan un problema y, de hecho, reflejan buena salud.

Sin embargo, el lío está cuando se eliminan de manera radical las comidas y nutrientes importantes, sin buscar la asesoría de un médico o nutricionista. Los ortoréxicos se preocupan en exceso por la calidad de los alimentos y deciden, de forma arbitraria, eliminar lo que consideren nocivo. Estas decisiones pueden causar desnutrición o anemia, y convertirse en un desorden alimenticio .

Qué necesita el cuerpo

Claudia Angarita, directora del Centro colombiano de nutrición integral, asegura que "una persona que esté en su rango de peso ideal, necesita entre 1.800 y 2.000 calorías al día". Es decir, alguien sano debe consumir macronutrientes -proteínas, grasas y carbohidratos- a diario, que se encuentran en carnes, aceites vegetales y azúcares, para conseguir el aporte de calorías; así como fibra, minerales y vitaminas, que se encuentran en granos, leguminosas, frutas, verduras y cereales, para suplir las necesidades del organismo.

El problema surge cuando una persona, con la obsesión por comer sano, renuncia a las grasas (hasta las vegetales), planea todas sus comidas milimétricamente o revisa cada etiqueta para descartar el azúcar (así sea en mínimos porcentajes), pues puede experimentar una falta de nutrientes que el organismo necesita para su funcionamiento. Es allí cuando el rigor va en detrimento de la salud.

Más allá de una enfermedad física, detrás de la ortorexia hay un problema psicológico, caracterizado por una persona obsesiva, rígida y perfeccionista, que empieza a ser demasiado selectiva con su comida. "Se puede tratar de alguien saludable, pero en determinados casos, podría traer consecuencias negativas", dice Juanita Gempeler, directora científica del programa Equilibrio, dedicado al tratamiento de trastornos del comportamiento alimenticio y desórdenes relacionados.

Y estas consecuencias aparecen en la medida en que la fijación por los alimentos facilita el desarrollo de un trastorno, como la anorexia  o bulimia. Algunas señales de alarma son: la persona opta por un estilo radical de alimentación y restringe la ingesta de comida (no consume carbohidratos, grasas o carnes), se aísla de los otros para evitar las comidas que puedan ofrecerle, experimenta una pérdida significativa de peso y manifiesta sentimientos de culpa cuando come algo fuera de rigor.

En estos casos, si hay sospecha de un problema, se debe asistir a un tratamiento guiado por un especialista, donde se observan los rituales y se evalúa si realmente las porciones que establece la persona no son sanas. De acuerdo a eso, se determina alguna intervención. "Habría casos en los que no se necesita de ningún tratamiento", asegura Gempeler.

Ningún alimento es malo, así como ningún extremo es sano; la clave está en el equilibrio. La nutricionista Claudia Angarita recomienda que antes de hacer un cambio drástico en la alimentación, se haga una consulta al especialista. En la dieta se deben incluir todos los nutrientes de acuerdo con el estilo de vida. Recuerde que, como asegura la nutricionista, "la alimentación es un placer, no un sacrificio".

¿Ortoréxico yo?

El médico Steven Bratman apoya el diagnóstico de la ortorexia en estas preguntas: ¿Su forma de comer lo aísla de otros?, ¿se siente culpable cuando come algo no permitido por sus convicciones dietéticas?, ¿se preocupa más por la calidad de los alimentos que por el placer de comerlos?

Quienes respondan afirmativamente al menos una pregunta, pueden considerarse candidatos a la adicción por la comida saludable y es aconsejable que consulten a un psicólogo y a un nutricionista.