martes, 13 de marzo de 2012

DOLOR ONCOLÓGICO


-       EL DOLOR EN LOS PACIENTES CON CÁNCER


Concepto de dolor

El dolor se define como una experiencia sensitiva y emocional desagradable que es vivida y expresada por cada paciente de manera diferente. En el caso concreto del cáncer, el dolor puede llegar a convertirse en el problema más importante para estos  pacientes.

¿Es bueno aguantar el dolor?

El dolor repercute de forma muy negativa sobre las funciones del paciente, produciéndole insomnio, disminución del apetito y limitación de su actividad física y social habitual. Como consecuencia, disminuye su calidad de vida.
Ningún paciente debe sufrir dolor innecesariamente. Los conocimientos médicos actuales y los tratamientos farmacológicos disponibles permiten controlar el dolor con éxito en la mayoría de los pacientes.



Ante la aparición o empeoramiento del dolor debe hacérselo saber a su médico o enfermería cuanto antes, le ayudarán a evitar un sufrimiento innecesario.


¿Cuales son las causas del dolor?
Un paciente con cáncer puede tener dolor a causa del tumor o de las metástasis porque dañan o presionan las estructuras del cuerpo en donde están localizados (músculos, huesos, órganos, vasos sanguíneos, nervios...). También pueden causar dolor los distintos  tratamientos como la cirugía, la radioterapia o la quimioterapia.

Los pacientes oncológicos, como el resto de la población, también pueden sentir dolores de otros tipos que nada tienen que ver con su cáncer (por ejemplo: jaquecas, artrosis, infarto, cólico nefrítico, apendicitis...).


¿Qué tipos de dolor puede tener un paciente?

Según la estructura dañada o comprimida por el cáncer o sus metástasis pueden existir tres tipos:
  • Dolor somático: se origina a nivel de la piel, de los músculos o de los huesos.
  • Dolor visceral: se origina por daño o presión de órganos o vísceras como hígado, estómago, intestino, páncreas, riñón etc.
  • Dolor neuropático: la afectación tiene lugar a nivel del sistema nervioso (médula, nervios...). Ejemplo: dolor ciático.

Según su intensidad: se diferencia entre dolor leve, moderado o intenso.

Puede ocurrir que sobre un dolor constante de intensidad leve o moderada aparezcan picos de dolor de mayor intensidad.
Es relativamente frecuente que el paciente con cáncer tenga más de un tipo de dolor  y que cada uno tenga unas características diferentes (diferente intensidad, horario de presentación, etc).



Conocer todos los detalles del dolor será de gran utilidad a su médico para elegir el tratamiento adecuado.



¿Por qué no se trata adecuadamente el dolor?

Existen barreras que impiden o dificultan en muchos casos un buen control del dolor. Estas barreras pueden encontrarse en el paciente, en sus familiares y en los profesionales sanitarios.

- Barreras que presentan los pacientes o sus familiares

Están originadas por una serie de temores infundados, entre ellos los más frecuentes son:
  • Temor del paciente a hablar del dolor.
Hay pacientes que relacionan el dolor con un empeoramiento de la enfermedad. Esto no tiene por qué ser así, muchas veces el dolor surge como consecuencia de los tratamientos que se están aplicando para el tumor o a causas distintas del cáncer.
  • Miedo a la adicción.
Es posible encontrar pacientes o familiares que sienten temor a comenzar un tratamiento con opioides (por ejemplo morfina). Sin embargo, es prácticamente imposible que un paciente que controla el dolor con opioides se vuelva adicto.



No tenga miedo a volverse adicto a los opioides. Es muy difícil que esto le pueda suceder.

  • Miedo a acostumbrarse al analgésico.
Hay pacientes y familiares que creen erróneamente que si toman medicamentos analgésicos con frecuencia dejarán de hacerle efecto.
Solo en algunos pacientes puede disminuir un poco su eficacia. Si se presenta, usualmente basta con pequeños aumentos en la dosis o con un cambio en el tipo de analgésico utilizado para conseguir de nuevo el efecto deseado.



No tenga miedo a acostumbrarse a los analgésicos y que dejen de hacerle efecto. Con pequeños cambios en la dosis o en el medicamento su médico lo solucionará.

  • Miedo a los efectos adversos de los analgésicos.
Los analgésicos, al igual que la mayoría de los medicamentos, pueden ocasionar efectos adversos no deseados pero, prácticamente en su totalidad, se pueden prevenir o evitar.


- Barreras a nivel de los profesionales sanitarios
  • Inapropiada evaluación del dolor.
Puede ocurrir que el médico o la enfermera no realicen una correcta evaluación del dolor.
  • Creencias erróneas de algunos profesionales.
Algunos profesionales de la salud (afortunadamente cada vez son menos) consideran el dolor como un síntoma más de la enfermedad y no le otorgan la importancia que realmente tiene.
  • Falta de coordinación entre profesionales.
El tratamiento del dolor requiere un ajuste y control de los medicamentos empleados. Por lo que, además del tratamiento desde Oncología, es necesario un control desde Atención Primaria.
  • Sobrecarga laboral.
En ocasiones los médicos están sobrecargados. Por esta razón, si el médico no pregunta sobre el dolor, el paciente debe tomar la iniciativa y exponerle todos los detalles sobre su dolor, reclamando así su atención a este respecto.






Si su médico no le pregunta o no le da importancia a su dolor, hágale saber lo importante que es para usted. Es mejor atajar el problema en su comienzo. No espere a que su situación se haga insostenible. Su médico también sabrá entenderlo así.