sábado, 16 de julio de 2011

MI PERRITO "PEKY"

Es un perrito muy lindo, cariñoso, fiel, juguetón. Le encanta enterarse de todo, asomarse por las ventanas, sentarse en un banco para ver pasar gente y saludar a sus conocidos, que son muchos. Constantemente aspira a ser el centro de atención de todos, consiguiendo su objetivo en múltiples ocasiones. Muchas veces, cuando siente que algo no va bien al detectar algo raro en el ambiente o en las personas, emite un gruñido chulesco, con aires retadores, que en el fondo enmascara un gran pánico interior. Es un "miedica" pero va de chulo para disimular. Cuando quiere conseguir algo, como que lo saquemos a pasear o que le rasquemos la tripita, opta por dejar caer un llanto seco y tímido, con intención de dar penita para conmovernos y así conseguir su propósito. Casi siempre logra persuadirnos, ¡es tan rico! Lo da todo por nosotros, así que sería injusto que no le pagáramos con la misma moneda. Además, él da mucho más de lo que pide a cambio y, si alguna vez lo hemos ignorado para educarlo a no ser caprichoso, pronto cede en su insistencia y, muy sumiso, agacha las orejitas y se tumba en silencio, asimilando la negativa con resignación.

Es un cielo de perrito, nunca deja que estemos separados en la casa. Le gusta ver a la familia completa y, ante alguna baja, ya no queda a gusto, se mantiene en alerta, suspicaz, ante la determinada ausencia.

En definitiva, es el juguete de la casa, el que nos alegra todos los días, nos induce a adoptar unos hábitos de vida más saludables: paseos, relaciones sociales con otros perros y sus dueños, mayor motivación y bienestar psicofísico y social. Por todo esto, es uno más de nuestra familia, y no sería fácil imaginar un día sin él. Todos te queremos "PEKY", y ya nos demuestras día a día que tú también a nosotros, sin necesidad de mediar palabra. Un besito, ¡mi gordo!


AMOR ANIMAL

MUERTE PREMATURA EN LOS TCA

Sufrir anorexia aumenta unas cinco veces el riesgo de muerte y, padecer bulimia u otro tipo de desorden alimentario, lo duplica; según un estudio realizado por investigadores de la Loughborough University, en Reino Unido, publicado en 'Archives of General Psychiatry'.

La causa del fallecimiento de estos pacientes no está siempre clara. Sin embargo, entre los pacientes con anorexia que mueren, uno de cada cinco casos es un suicidio. Las otras muertes son atribuidas a los brutales efectos orgánicos que tienen los desórdenes alimentarios cuando se sufren durante mucho tiempo.

Según el líder de este estudio, Jon Arcelus, "por supuesto, los desórdenes alimentarios tienen serias consecuencias físicas". Este estudio "no pudo identificar cuántas personas morían, pero no hay duda de que las razones que había detrás estaban relacinadas con problemas físicos de la enfermedad", apunta.


Los investigadores llevaron a cabo un meta-análisis de 36 estudios publicados entre 1966 y 2010, que incluyeron a 17.000 personas con este tipo de trastornos, de las que murieron un total de 755.

Sus análisis mostraron que cinco de cada 1.000 personas con anorexia fallecían cada año, lo que es cinco veces más de lo que se podría esperar para un grupo similar formado por personas de la población general, sin desórdenes alimentarios. Entre aquellas personas con bulimia u otros desórdenes alimentarios, la tasa de muerte fue el doble de la esperada, en comparación con personas sin trastornos alimentarios