jueves, 9 de junio de 2011

SOÑAR DESPIERTO

¿Quién no ha recurrido voluntaria o involuntariamente al mecanismo abstractivo del pensamiento para vencer la batalla diaria que resulta del estrés inseparable de la sociedad de nuestros días? Es difícil sucumbir a la tentación de alienarse por un instante, que bendito sea ese instante, con objeto de romper con las divagaciones que tanto nos labran la sesera y eludir las tantas dificultades que emanan de cada movimiento, pudiendo amedrentar nuestra autoconfianza y seguridad vital. Es una verdad flagrante que soñar, a día de hoy y toquemos madera por si acaso, es gratis; y el manejo de los sueños es uno de los procedimientos terapéuticos que brindan más calidad de vida al menor coste. Luego podemos convenir con contundencia y rotundidad que "soñar", en todas las acepciones que engloba el término, es beneficioso para la salud. Y sí, ya sé que alguien estará tratando de vislumbrar cuál es el efecto positivo consecuente de una pesadilla o de un terror nocturno,  ...
En cualquier caso, si el resultado es llegar a conocer y tratar un trauma o represión subyacente, habrá valido la pena. De eso se encarga la "onirología", ciencia que estudia el significado de los sueños.