Las personas con sobrepeso u obesidad se benefician de las intervenciones psicológicas, particularmente de las que utilizan estrategias conductuales y cognitivoconductuales. Son más útiles cuando se combinan con medidas dietéticas y ejercicio físico.
Lograr cambios duraderos tanto en comportamientos alimentarios incorrectos como en el estilo de vida, obliga al profesional a indagar el nivel de motivación del paciente. En el momento inicial y luego periódicamente, estaría indicada una breve consulta motivacional (Tabla 4), detectando la fase del proceso del cambio en que se encuentra, premisa básica para una intervención eficiente.
Tabla: BREVE CONSULTA MOTIVACIONAL (las 5 Rs):
- RELEVANTE
- El paciente tiene que decidir si es importante o no para él la pérdida de peso.
- RIESGO
- Debe identificar los riesgos que le puede acarrear su obesidad y asumirlos.
- RECOMPENSA
- Pérdidas pequeñas de peso (10%) = grandes beneficios.
- Si no encuentra recompensas no lo intentará.
- REMOVER OBSTÁCULOS
- Se enfrentará a sus propias objeciones para decidir cambios en su estilo de vida.
- REPETICIÓN
- Se compromete a reintentarlo, sabiendo que no es fácil.
Una causa habitual del fracaso de los programas de obesidad en los Centros de Salud radica en la llamada trampa del experto: el profesional sanitario dirige todo el proceso cuando lo más efectivo es centrar el programa en su protagonista: el paciente obeso, quien decidirá autónomamente el grado y ritmo de su implicación en el tratamiento. El profesional consensuará con él cambios cooperativos para conseguir una moderada, realista y sostenida pérdida de peso y fortalecerá su autoestima para evitar el incumplimiento terapéutico, mediante algún tratamiento conductual que fortalezca un pensamiento adaptativo de autoeficacia.