domingo, 12 de junio de 2011

Toma de decisiones en la anorexia nerviosa


En la anorexia nerviosa, el funcionamiento ejecutivo suele estar deteriorado y, por lo tanto, la competencia en el momento de tomar decisiones adecuadas respecto al propio cuerpo, los alimentos y el tratamiento se encuentra también afectada. El intenso miedo a ganar peso provoca que el sujeto se niegue a seguir las prescripciones médicas y llega a poner en peligro la propia vida por una clara incapacidad para prever las consecuencias negativas de sus acciones. Enseñar a gestionar estas emociones tiene implicaciones terapéuticas claras, porque permitirá a los enfermos de anorexia nerviosa tomar decisiones acertadas respecto a su enfermedad.


Las dificultades presentadas en el tratamiento de la anorexia nerviosa parten de la negación de la enfermedad, lo que dificulta el diagnóstico y evidencia la necesidad de un tratamiento integral e individualizado que permita la integración de los trastornos emocionales y las distorsiones del pensamiento dentro del marco vivencial donde se ha generado y desarrollado el trastorno. La finalidad del tratamiento debe ser la de desarrollar conductas de alimentación apropiadas a largo plazo, estabilizar el peso corporal y establecer un estado emocional y cognitivo adecuado que permita el mantenimiento de estas conductas.

Las estrategias utilizadas generalmente son: la psicoterapia –orientada a cambiar el pensamiento (terapia cognitiva) y la conducta (terapia conductual)–, la medicación, la orientación hacia la nutrición, la terapia de grupo y familiar, y, como último recurso, la hospitalización ante la pérdida grave de peso. A pesar de todo, las evidencias sobre la eficacia de los tratamientos son escasas y poco concluyentes. Los déficit en las funciones ejecutivas observados en sujetos con anorexia nerviosa, aun siendo evidentes, no han generado programas de rehabilitación cognitiva adecuados para este tipo de trastornos, y los que hay no prestan atención a los aspectos emocionales implicados en la toma de decisiones.

En conclusión, el papel que cumple la emoción en la toma de decisiones resulta fundamental en la rehabilitación de pacientes con déficit en las funciones ejecutivas porque la disociación entre "lo que saben que deben hacer" y "lo que realmente hacen" genera una gran desadaptación personal y social. Las personas con anorexia nerviosa tienen alterado su funcionamiento ejecutivo y es necesario enseñar a gestionar las emociones a estos pacientes mediante programas educativos que permitan la aceptación de las propias emociones. Tener en cuenta el estado afectivo del enfermo resulta indispensable en los programas de rehabilitación que tratan de corregir conductas de riesgo asociadas a disfunciones prefrontales, bien porque dicha rehabilitación suponga una mejora en la eficacia del tratamiento, bien porque intervenga directamente en el origen y el desarrollo de la enfermedad.

No hay comentarios: